Tapa: Dura
Editor: RBA Coleccionables
El francés Max Huber y el inglés John Cort acompañaban en su expedición a Urbex, un comerciante de marfil portugués que estaba viajando por diversas regiones del Congo, en África. Junto a los tres europeos viajaban Khamis, un nativo que fungía como guía e intérprete y era de total confianza para el luso y, Llanga, un niño al que habían rescatado de una tribu hostil.
En el trayecto de regreso hacia la ciudad congaleña de Libreville, la caravana del portugués, sufre el embate de una manada de elefantes, de la que solamente consiguen salir ilesos Llanga, Kamis, Cort y Huber. Quedando solos, deciden continuar su camino en medio de la espesura del bosque, donde valiéndose de sus fusiles podrán obtener de la caza su alimento.
En su travesía, descubren los restos de una balsa que les servirá para desplazarse a través del río Ubangui y de una jaula, que sirvió de habitación al doctor Johausen. Este hombre se había mandado construir ese habitáculo con el objetivo de instalarse en el bosque y poder estudiar la conducta y el lenguaje de los simios. El hallazgo del improvisado recinto con algunas pertenencias del naturalista, mostró a los jóvenes que el estudioso había desaparecido misteriosamente abandonando todos sus enseres y su rústica morada.
Durante su viaje, Llanga salva de perecer ahogado en el río a un niño pequeño al que cuida con esmero. Los cuatro, junto con el pequeño nativo vuelven a embarcar en la balsa siguiendo el curso del río, pero un accidente hará que su transporte volque y ellos sean arrastrados por la corriente. En cuanto despertaron, los expedicionarios, descubrieron que habían sido salvados por una tribu africana desconocida, que los llevó a su pueblo, una rústica aldea construida encima de las copas de los árboles. Durante su estancia se dedicaran a estudiar a estos individuos hasta que consigan averiguar quién es su jefe y decidir de qué manera han de escapar.
El pueblo aéreo es una novela corta escrita por Julio Verne que se centra principalmente en el debate evolucionista y en la búsqueda del llamado “eslabón perdido”. A través de la historia el autor va exponiendo los postulados de la teoría de Darwin, misma que reconoce, pero al mismo tiempo subraya que ninguna criatura puede ser considerada como eslabón perdido.
Las descripciones que el autor nos entrega son muy buenas y, como en cualquier libro de Verne, es fácil trasladarnos con la mente a los escenarios que nos describe. No creo que sea de las mejores novelas del francés, pero resulta una historia de aventuras entretenida para pasar la tarde. Además, Julio nos va entregando algunos datos históricos y naturalistas que aportan también un poco de cultura general y como suele suceder en sus obras, se adelantó a su tiempo, esta vez disertando acerca del al independencia y libertad del Congo y otras tierras africanas.
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