Autor: V. C. Andrews
Editorial: De Bolsillo
Tapa: Blanda
Páginas: 552
Saga: Dollanganger
“Lo que para una persona es negro, es blanco para otra. Nada en este mundo es tan perfecto que tenga una blancura inmaculada, ni tan malo que sea puro negro. Todo lo referente a los seres humanos es una gama de grises”.
Esta segunda parte comienza justo donde terminó Flores en el ático, con Chris, Cathy y Carrie que han conseguido huir del terrible Foxworth Hall. Han abordado un autobús con rumbo al sur, con la esperanza de ser acogidos en un circo y convertirse en trapecistas para poder salir adelante. Pero, durante el viaje, Carrie se puso muy enferma y los otros viajeros comenzaban a molestarse.
Sin embargo, la Providencia no se había olvidado de los tres hermanos, ya que una pasajera negra, que había escuchado la conversación de los chicos se ofreció a ayudarles. Ella era muda y se comunicaba a través de notitas. Fue así como les dijo que su nombre era Henrietta Beech y que la llamaban Henny, también les dijo que trabajaba para un buen médico y que los llevaría con él.
Tras inspeccionar a los hermanos Dollanganger, el doctor Paul Sheffield se dio cuenta del mal estado en el que se encontraban, especialmente Carrie, quien estaba sufriendo las consecuencias del veneno. Después de escuchar la terrible historia de los niños, el médico, apiadado y con la esperanza de redimirse de sus errores del pasado, decide convertirse en su tutor legal.
Es así como Carrie ingresa en un colegio para niñas y Chris se inscribe en el instituto para prepararse para ingresar en la facultad de medicina. Por su parte Cathy ingresa en la escuela secundaria y consigue ser admitida en la academia de ballet Rosencoff, con la ilusión de llegar a ser una prima ballerina.
En esta academia será donde conozca a Julián Marquet, hijo de madame Marisha y Georges Rosencoff, propietarios y profesores de esta. Cathy sigue enamorada de su hermano, quien también la ama, pero ella, desesperadamente busca que Chris la olvide, es así como comienza un romance con Paul.
Julian se había enamorado de Cathy hasta el punto de la obsesión y tras mucho insistir en que vaya con él a Nueva York ella termina accediendo y es admitida en la compañía de Madame Zolta, de la que Julian formaba parte. Pese a la insistencia del joven, Cathy estaba decidida a hacer su vida junto a Paul, sin embargo, un desafortunado incidente hace que los planes cambien y Catherine se case con el bailarín.
Para no haceros más larga la sinopsis os cuento que Cathy tiene un hijo de Julian al que llamará Jory Janus Marquet, quien desgraciadamente nunca conocerá a su padre. Tras mucho tiempo de planearlo, Catherine conseguirá vengarse de su madre y tendrá un hijo del segundo esposo de Corine, que llevará el mismo nombre que su padre: Bart Winslow. Después de varios romances, ella tomará una importante decisión que repercutirá en el resto de su vida.
“Para destrozar emocionalmente a alguien hay que destruir a su ser más querido”.
Esta saga me tiene muy enganchada y me está gustando muchísimo, es una historia dura y cruel, pero atrapante. Además, el estilo de la autora es muy ameno con lo cual se consigue una lectura ágil. Andrews tiene una capacidad descriptiva magistral, tanto, que es posible meterte en la piel de los personajes y sentir lo que ellos sienten, ven y viven, incluso de percibir los escenarios como si fueses tú mismo quien estuviera allí.
Algo que me gusta de esta autora es como maneja la psicología de los personajes y como consigue hacer que evolucionen a lo largo de la historia. El libro gira principalmente en torno a Cathy, quien en algunas ocasiones demuestra una actitud inmadura e indecisa. Ella culpa de todo lo que le sucede a su madre, en algunas cosas es verdad, pero en otras, lo que le ocurre son las consecuencias de sus malas decisiones. En esta obra, ella es una mujer consumida por la rabia y el deseo de venganza, en cierto modo comprensible, después del infierno que vivieron. Un aspecto importante en la personalidad de Cathy, es esa necesidad obsesiva de sentirse amada por algún hombre, provocada por el deseo de huir de Chris y de sus sentimientos hacia él. Es sin duda un personaje muy complejo, que a veces me hizo empatizar con ella y comprenderla y otras detestarla por las tonterías que hacía.
Chris sigue manteniéndose en su línea, con su dulce corazón y su bondad eterna, capaz de perdonar tanto daño. Pero al mismo tiempo sigue siendo ese enamorado fiel de su hermana dispuesto a todo por ella. Carrie es un personaje con el que es muy fácil empatizar, la pobrecita cargó con las peores secuelas del terrible encierro, tanto físicas como psicológicas, que la llevarán a tomar una horrible decisión. He llorado mucho con lo que la hermanita menor tuvo que vivir y puedo entenderla muy bien, en verdad que al ver todo su sufrimiento he detestado (aún más si es posible) a la abuela y a la madre de esta chiquilla y en más de una ocasión he querido abrazarla.
Pero, el personaje que me robó el corazón es Henny, esa dulce mujer capaz de tender la mano a unos desconocidos. Una dama piadosa y buena que a pesar de que no puede hablar, sus gestos y actitudes hacen quererla mucho.
He de confesaros que pocos libros me han hecho compenetrarme tanto con los personajes y sentir sus emociones. Es una saga que me ha introducido tanto en la historia que tras haber terminado la novela aún me tuvo dándole vueltas en la cabeza. Pienso que un buen libro es aquel que provoca que aprendas algo o que la historia se quede fijada en ti, como si la llevases tatuada y esto me está sucediendo con esta saga.
Seré franca, si os gustan las historias duras, dramáticas, con tintes románticos os la recomiendo mucho, aunque aconsejo que la leáis sin prejuicios o tabúes. Sin embargo, quizás no sea el libro más apropiado para quienes se sientan incómodos con temáticas como el incesto.
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