Autor: Fernando Lalana
Páginas: 209
Tapa: Dura
Editor: Bambú editorial
Fermín Escartín es un antiguo profesor universitario reconvertido en investigador privado que estaba pasando por un mal momento, ya que llevaba tiempo sin que nadie lo contratara y esto estaba repercutiendo en su economía. Pero su suerte cambió cuando el matrimonio Olmedo lo contrata para que investigue la desaparición de su hijo.
Fernando Olmedo es un joven ingeniero que estaba encargado de la tuneladora que perforaba los túneles por donde habría de pasar el metro de Zaragoza. Sus padres, al ver que el muchacho no respondía a sus llamadas, dieron por hecho que algo malo le había sucedido y por ello decidieron contratar a Escartín.
Fermín comienza a investigar el caso metiéndose de lleno en este y encontrando pistas que no lo llevarían a nada. Mientras continuaba con sus pesquisas consigue dar con Marino Espuertas, otro ingeniero que había colaborado con Andrés en la tuneladora. En principio, este hombre se muestra hospitalario y colaborador con el detective, pero a Escartín algo no le encajaba.
El inspector piensa que Espuertas oculta algo en el desván de su casa, así que tras despedirse de él, decide volver y entrar a investigar subiendo por la pared de atrás. Fermín consigue acceder a esa parte de la casa y se queda horrorizado con lo que encontró allí, tanto que cae desmayado y al despertar, se encuentra con que Marino lo ha descubierto.
Tras un rato de charla, ingeniero y detective unen esfuerzos para tratar de saber que ocurrió con Andrés y así es como llegan a la conclusión de que el joven puede estar en el sótano de un antiguo edificio. Inmediatamente, Fermín solicita la ayuda del Comisario Souto y los tres acuden al lugar señalado. Consiguen acceder al sótano, donde no solo encontrarán a Olmedo, sino también un secreto del pasado y, por si fuera poco, se verán en un serio problema que puede costarles la vida.
La Tuneladora es una de las novelas de Fernando Lalana cuyo protagonista es el detective Fermín Escartín. Estamos ante una obra muy bien construida con un ritmo ligero y ágil que hace bastante amena la lectura. En la trama encontramos ironía, algunos detalles cómicos, misterio, un poco de terror e intriga policiaca, todos estos elementos muy bien estructurados para darle forma a la obra.
Con respecto a los personajes, todos siguen muy bien su línea, el autor no profundiza en ellos, pero para la historia tampoco es muy necesario. Me gustó muchísimo que muchas pistas resultan ser falsas y no llevar a ningún sitio. Fernando nos obsequia con giros inesperados, especialmente en la parte del desenlace, cuando descubrimos que las cosas no son lo que parecen y se aclaran algunos episodios de capítulos anteriores.
El personaje de Fermín es realmente bueno, se trata de un detective fuera de serie, no un sabueso sagaz como Holmes, sino más bien un sujeto algo torpe pero con mucha suerte, pero en el fondo tiene algunas habilidades. El libro me gustó mucho y es muy recomendable para todo tipo de público, especialmente para los jóvenes que quieran iniciarse en este tipo de novelas. Como el personaje me ha gustado, he de buscar más novelas de Lalana que tengan a Escartín como protagonista.
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