Autor: Kate Mosse
Páginas: 307
Tapa: Dura
Editor: Suma de Letras
"Los fantasmas también dejan sus sombras, un eco del espacio en el que han vivido. Nos rondan, nunca se diluyen del todo, no envejecen como nosotros. La pérdida que lamentamos y lloramos no es la de su futuro, sino el nuestro".
En 1933 Freddie Watson llega a una librería de Tolouse buscando a Saurat, la única persona capaz de traducirle el manuscrito antiguo que posee desde hace varios años. En cuanto el librero contempla la hoja de pergamino, le dice que está escrito en occitano, una lengua ya extinta. También le asegura que se lo traducirá, pero primero le solicita que le cuente como obtuvo un documento de semejante valor.
Es aquí donde Freddie comienza a relatarle su historia ocurrida en 1928 cuando realizaba un viaje por los Pirineos tras haber salido de un Sanatorio. Había estado recluido en esa institución a consecuencia de la depresión que lo aquejaba desde la infancia cuando perdió a su hermano George en la Primera Guerra Mundial. George era el único que de verdad lo quería, ya que para sus padres Freddie era un cero a la izquierda.
Aunque había progresado mucho, la tristeza seguía siendo su más fiel acompañante. Cuando conducía su automóvil por las montañas, lo sorprendió una fuerte tormenta que casi provoca que caiga por un precipicio. Mientras estaba semi-inconsciente en su vehículo, Freddie escucha una misteriosa voz que lo empuja a salir y buscar algún lugar donde pedir auxilio.
Consigue llegar al pequeño pueblo de Nulle, donde no encuentra a nadie en las calles ni a persona alguna asomada a las ventanas, como si de un pueblo fantasma se tratase. Caminando, va a dar a una especie de Hospedería, donde su propietaria, Madamme Galy le atiende y lo invita a acudir a la celebración de la fiesta del pueblo, la Fête de Saint-Etienne que se llevaría a cabo esa misma noche.
Freddie acude y conoce a gente muy agradable, pero quien llama su atención es una hermosa joven de nombre Fabrissa con quien entabla una grata conversación. De repente, la fiesta se ve interrumpida por una trifulca y Fabrissa y Freddie huyen a través de un túnel secreto que los lleva hasta una campiña cercana. Ambos se habían contado sus historias de vida mutuamente y el frío hace que Freddie se quede dormido. Al despertar, se encontró enfermo en la Hospedería y a Madamme Galy muy preocupada por él y preguntándole porque no había acudido a la fiesta. Pero Freddie no era capaz de comprender que estaba sucediendo.
A partir de ese momento, nuestro protagonista comienza una desesperada cruzada para tratar de encontrar a Fabrissa, de quien se había quedado enamorado. Sus pesquisas lo llevarán a la cima de una montaña para descubrir el terrible secreto que esconden los montes de Nulle.
"La vida no es como nos han enseñado, una tarea que consista en hallar respuestas, sino que más bien se trata de aprender cuáles son las preguntas que nos debemos hacer".
He leído algunas reseñas acerca de este libro y he visto que en su mayoría son un tanto negativas. A mí en lo personal la novela me gustó mucho, pese a que se trata de una historia sencilla con un final predecible. La trama está cargada de descripciones, pero en ningún momento resultan tediosas o aburridas. Por el contrario, el estilo ágil y ameno de Kate provoca que la mente del lector pueda hacerse una imagen exacta de los parajes y los personajes.
Para algunos puede resultar un poco cansino que Freddie sea un personaje tan triste y melancólico. Sin embargo, a mí me gusta, porque de esta manera, la autora es capaz de transmitirnos ese sentimiento y así poder empatizar con él. Además, nuestro protagonista consigue evolucionar bastante, ya que gracias a su pena consigue encontrarse a sí mismo.
Es ese dolor que porta Freddie el que le permite poder acceder a otro plano más sutil, en donde podrá conocer a Fabrissa y ayudarla. Curiosamente, ocurre de igual manera en la vida real, son aquellas personas más sensibles las que suelen ver presencias o interactuar en otros planos.
Es un libro ideal para leer en una fría tarde de otoño o de invierno, ya sea en el sofá cubierto con una mantita, o los que tengáis chimenea acompañados de un buen fuego en el hogar. El libro lo recomiendo a aquellos que les gusten las historias de almas que buscan el descanso eterno. También para aquellos que disfruten de las historias llenas de melancolía que puedan hacer que se te encoja el corazón.
"Somos quienes somos por los que queremos amar y por los que nos aman".
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