domingo, 28 de diciembre de 2025

Buscando a Mr. Lyttleton

Autor:
Ronald Arthur Vennor Morris

Páginas: 165

Tapa: Blanda

Editor: Sherlock Editores



“El suspense es más difícil de soportar que la adversidad y la duda es incluso peor que la muerte”.



Mr. James Lyttleton había terminado de desayunar en compañía de su hija Doris e inmediatamente se puso a revisar la correspondencia. Tras haber leído una de las cartas, el hombre comunica a la joven que debe marcharse enseguida. Unas horas después, la muchacha recibe en su hogar un telegrama en el que su padre le comunicaba que debía hacer un viaje urgente a los Estados Unidos.

Han pasado unos días sin que Doris reciba ninguna noticia de su progenitor y esta angustia la lleva a pedirle ayuda a Mr. Basil Dawson, su prometido. El hombre al ver la situación, decide embarcarse hacia el país norteamericano en busca de algún rastro. Una vez allí, consiguió encontrar algunas pistas que constatan que Mr. Lyttleton ha desaparecido y comienza a temer lo peor.

Mientras tanto, el Inspector Jefe James Candlish en uno de sus habituales paseos por las afueras de Londres, encuentra en un arroyo el cuerpo sin vida de un joven desconocido e inmediatamente Scotland Yard pone el caso en sus manos.

En cuanto Basil vuelve a Inglaterra decide acudir de inmediato con su amigo Candlish para notificar la desaparición de Mr. Lyttleton y pedirle que le ayude a encontrarlo a la vez que le informa de sus pesquisas en los Estados Unidos. El Inspector tiene dos casos abiertos y pocas pistas fiables, a la vez que la sospecha de que ambos pueden estar relacionados de alguna manera.

Para complicar más las cosas, Doris fue secuestrada mediante engaños por un desconocido que viajaba en un coche un tanto destartalado. El Inspector, tendrá que unir esfuerzos con Basil, con el Sargento Mitchell y con Mr. James Burton, un novelista americano, si desea resolver el intrincado misterio y rescatar con vida a la joven.

Buscando a Mr. Lyttleton es una novela de detectives escrita por Ronald Arthur Vennor Morris y publicada en 1908. Se trata de una de las obras clásicas del género de misterio y detectivesco de la vieja escuela, en la cual el Inspector se vale de todo su ingenio y capacidad de análisis para resolver el enigma.

En la historia nos vamos a encontrar con unos escenarios muy bien recreados que posibilitan que nuestra mente se sitúe en cada uno de ellos e inclusive sintamos que estamos ahí, observando en silencio los acontecimientos.

En cuanto a los personajes es preciso decir que en ninguno de ellos se ahonda mucho, no los conocemos a fondo, pero para el objetivo de nuestra historia no es necesario, con conocer algunos rasgos de su personalidad es suficiente y cada uno de ellos sigue adecuadamente su línea dentro de la historia. Si que hay unos que consiguen generar simpatía en el lector e incluso se puede empatizar con ellos y algunos conseguirán incluso sorprendernos.

He de destacar principalmente a Doris, que ha resultado ser una mujer muy valiente y con agallas y me ha gustado que el autor nos entregue en la historia a un personaje femenino tan fuerte y con tantos arrestos, ya que no es del todo frecuente en este tipo de novelas de la época dorada de la detectivesca.

Con una pluma magistral y valiéndose de determinadas pistas y diálogos, Ronald consigue que los lectores sospechemos de todos los personajes en algún momento, en mi caso, llegué incluso a hacerlo de un mayordomo. Mientras vamos avanzando en la lectura, es muy fácil irnos formulando hipótesis acerca de los sospechosos y de cuáles podrían ser sus motivaciones. Este juego del despiste que nos entrega el autor es realmente bueno, ya que por momentos la duda se va acrecentando y poco a poco vamos desechando teorías para formular otras nuevas.

Con gran habilidad Ronald nos entrega al final de la historia unos giros que en ningún momento resultan esperados y alguna escena que deja sorprendido al lector, ya que en ningún momento era posible calcular que la historia iba a tomar ese derrotero. Hay una escena en especial que a mí me ha gustado muchísimo, que en ningún momento vi venir y que me pareció un acierto por parte del autor.

Siempre suelo disfrutar mucho de una buena novela de detectives y en esta ocasión no ha sido una excepción, por el contrario, pude deleitarme con una historia original, en la que el peso de la acción no solo recae en el Inspector, sino también en otros personajes, alguno de ellos, inesperado, pero gratamente sorprendente. Además, estas novelas de detectives de la vieja escuela que valiéndose solamente de algunas pistas y su agudo ingenio consiguen desenmarañar la madeja, tienen un encanto especial y en cierto punto un poco nostálgico.

Solamente me resta agradecer a Sherlock Editores el envío del ejemplar y mencionaros que la Editorial está haciendo una labor extraordinaria al rescatar estos grandes clásicos de la novela de detectives evitando así que caigan en el olvido y permitiéndonos disfrutar de grandes historias de autores que para muchos nos eran desconocidos.

Si a ti, querido lector, también te apetece una buena historia de detectives en la que pondrás a prueba tus habilidades y en la que vas a encontrar un cadáver desconocido, suplantaciones de identidad y desapariciones misteriosas, entonces solo debes pinchar aquí.

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