Autor: William Golding
Páginas: 249
Tapa: Blanda
Editor: Alianza editorial
En alguna época no definida, el Reino Unido estaba inmerso en una guerra. Un grupo de niños entre los 6 y los 12 años estaban siendo evacuados en un avión. La aeronave fue atacada por el fuego enemigo y se estrella en una isla paradisíaca pero desierta. El aterrizaje provoca que el piloto, que era el único adulto, perezca.
De un momento a otro, los niños pasan de ser unos simples estudiantes a unos jóvenes náufragos. Tras la caída, Ralph, uno de los chicos mayores conoce a Piggy, un niño gordito y con anteojos que siempre ha vivido sometido a las burlas de los demás por su apariencia física. Los chicos encuentran una caracola y deciden hacerla sonar para convocar a los supervivientes para estudiar su situación y tomar las decisiones pertinentes.
Poco a poco se van congregando los menores y se establecen las medidas que han de seguir: la creación de refugios, la preparación de una hoguera en lo alto de una montaña con la esperanza de que algún barco la vea y les rescate y la consecución de alimentos. Se decide también formar un grupo de cazadores que estará a cargo de Jack, otro de los mayores. Además, se establece que cuando suene la caracola será la señal inequívoca de que se convoca a una asamblea y quien la tenga en su mano será el que tenga el derecho a la palabra.
Ralph es elegido líder y busca mantener el orden y seguir con el plan acordado, siempre asesorado por Piggy, quien para su edad es muy sensato y sabio. Con ayuda de las gafas de Piggy, consiguen hacer una fogata en la cima del monte y se crean turnos para mantenerla viva. Con el paso de los días, la hoguera empieza a descuidarse ya que la esperanza del rescate se va extinguiendo.
Jack cada vez siente más envidia de Ralph y cree que es él quien debería ser el líder, así que surge la rebelión y el grupo de niños se divide en dos: los que deciden quedarse junto a Ralph y obrar con sensatez y los que seducidos por la idea de libertad, anarquía, adrenalina y cacería siguen a Jack.
Mientras tanto, los más pequeños se encuentran aterrorizados por lo que piensan que es una bestia terrible que merodea por las noches. Los cazadores, liderados por Jack, que cada vez se va empoderando más, consiguen matar un jabalí y colocan su cabeza sobre una estaca a modo de ofrenda para la bestia.
Con el paso de los días, Jack consigue tener a todos los niños en su grupo, excepto a Ralph, Piggy y Simon. Es tanto su odio hacia ellos, que decide que serán sus siguientes presas. La anarquía y la maldad se han apoderado de tal manera del corazón de algunos niños que no dudarán en perseguir a sus enemigos, para darles cacería y acabar con ellos. ¿Conseguirán librarse los chicos de sus perseguidores? ¿Llegarán a tiempo a rescatarlos?
Estamos ante un libro considerado clásico de la literatura universal y realmente no es para menos. Su autor, William Golding, fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1983 por este libro.
El señor de las moscas no se limita solamente a contar una historia, sino también lleva al lector a sostener profundas reflexiones. La novela está cargada de simbolismos, el primero de ellos es la caracola que representa la democracia, la igualdad y el orden. En segundo lugar están las gafas de Piggy que simbolizan la razón, la tecnología y el progreso. Sin embargo el más importante es la cabeza de cerdo, que representa lo tribal, la creencia en un ser perverso y sobrenatural al que a través de una ofrenda admiten estar sometidos a él. De hecho, los niños llamaban a esta cabeza “el señor de las moscas”, que como muchos sabéis, este nombre hace alusión a un demonio llamado Belcebú.
A través de esta novela, el autor nos muestra lo que ocurre en una sociedad cuando no existen normas ni guías de comportamiento. En las figuras de los pequeños que son dóciles y sumisos, podemos encontrar claramente un reflejo de la mayoría de la sociedad que simplemente se deja gobernar y permite que otros hagan mientras ellos se ocupan de sus cosas. En otras palabras, una sociedad infantilizada que cede el gobierno de sus vidas a otros.
En Piggy podemos encontrar la razón, la sabiduría y el sentido común. En Ralph encontramos la democracia y la igualdad. En Simon, podemos ver reflejados los buenos sentimientos. Estos tres personajes simbolizan la unión, la solidaridad y la capacidad de pensar en los demás. Ellos creen que un buen trabajo llevará a la consecución de un bien común.
Por contraparte tenemos a Jack, un chico malévolo y envidioso que simboliza la ruina, el caos, la anarquía y la falta de escrúpulos. Un chico que con tan corta edad, al verse libre de reglas y con poder es capaz de hacer lo que sea, incluso de “cazar” a sus congéneres. Un personaje emblemático con una evidente falta de empatía y desmesuradas ansias de poder.
El libro nos invita a la reflexión acerca de la lucha del bien contra el mal, del orden contra el caos. La parte más inquietante de la novela es que sus protagonistas son niños, algunos de ellos capaces de cometer cualquier atrocidad, conductas que asimilamos en algunos adultos, pero que en niños nos cuesta trabajo imaginar. Esto nos lleva a pensar si los seres malvados ya traen de nacimiento esta semilla.
Este libro me ha dejado importantes reflexiones. He pensado en ¿qué ocurriría si algún evento adverso dejara nuestra sociedad en condiciones como las que tenían los niños en la isla? ¿Cómo nos comportaríamos? ¿Seríamos como salvajes o personas civilizadas? ¿Hasta dónde seríamos capaces de llegar por sobrevivir? ¿Permitiríamos que nuestros escrúpulos y buenos sentimientos pierdan ante instintos primitivos y perversos?
Pienso que es un libro que debe ser leído por la cantidad de ideas que deja entre líneas, mismas que invitan a una profunda reflexión acerca de temas como la naturaleza humana o la lucha del bien contra el mal. Un libro que sin duda os va a dejar pensando después de terminarlo y cuyo final no os dejará indiferentes. Con una prosa impecable, maravillosas descripciones que transportan al mismo corazón de la selva y personajes con líneas bien definidas y constante evolución, el señor de las moscas no os va a resultar una novela más.
Hola,
ResponderBorrarPuede ser que sea un clásico y que aporta una gran reflexión, pero, no me termina de llamar la atención.
Me alegro que lo hayas disfrutado.
Nos leemos ❤️
✒️ NaMartaielsLlibres
Lo leí hace un montón de años, en mi adolescencia, y me impresionó muchísimo.
ResponderBorrarHola
ResponderBorrarSiento que este libro me sacaría totalmente de mi zona de confort, sobre todo cuando se trata de niños me pongo nerviosa. Pero, lo que nos traes me resulta interesante. Apuntado
Un bes💕