Páginas: 319
Tapa: Dura
Editor: RBA Coleccionables
“La vanidad y el orgullo son cosas diferentes, aunque esas palabras se empleen con frecuencia como si fueran sinónimas. Una persona puede ser orgullosa sin ser vanidosa. El orgullo está más relacionado con el concepto que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que queremos que piensen de nosotros los demás.”
Orgullo y prejuicio nos relata un periodo de más de un año en la vida de los Bennet, una familia de clase media que vivía en el campo cerca de Londres durante la transición del siglo XVIII al XIX. Estaba integrada por el Señor Bennet, la señora Bennet y sus cinco hijas, Jane, Elizabeth, Mary, Lydia y Catherine. El padre de las jóvenes era un hombre trabajador que se divertía utilizando el sarcasmo con una esposa inculta obsesionada por casar a sus hijas con buenos partidos.
Un buen día, se instala en el vecindario el acaudalado y apuesto joven Charles Bingley. Iba acompañado por sus dos hermanas, su cuñado y su mejor amigo, el señor Fitzwilliam Darcy, un millonario atractivo, orgulloso y de soberbio carácter.
Pocos días después, se organiza en el vecino pueblo de Meryton un baile público al que acuden los Bennet y los nuevos vecinos. El señor Bingley y Jane bailan, conversan y todo parece indicar que entre ambos empieza a surgir algo más que una simple amistad. Mientras tanto, Elizabeth puede escuchar como el señor Darcy, hablando con otra persona dice que no la sacará a bailar por no considerarla lo suficientemente hermosa. Solo eso bastó para que la señorita Bennet se hiciera de una opinión muy desfavorable del arrogante vecino.
Entre Jane y Bingley existía ya un cariño, mientras que entre Elizabeth y Darcy una aversión. Poco después los Bennet reciben la visita de William Collins, un primo por parte del padre, que será el heredero de la vivienda de la familia, por estar ésta vinculada a un mayorazgo ya que los Bennet no tuvieron hijos varones.
Collins estaba dispuesto a casarse con una de sus primas y la elegida fue Elizabeht, quien para disgusto de su madre y satisfacción de su padre, rechazó la propuesta. Pero la visita no resultó del todo infructuosa, ya que Collins terminó consiguiendo una esposa, Charlotte Lucas, la mejor amiga de Elizabeth.
Bingley y sus acompañantes regresaron a Londres, quedándose Jane muy triste por el amor fallido y la señora Bennet por la oportunidad perdida. Las chicas Bennet conocieron George Wickam, un soldado que estaba de paso en Meryton quien le resultaba bastante agradable a Elizabeth. Se presentó la oportunidad de que la joven visitara a Charlotte y en aquella localidad, sucedió lo que jamás hubiese imaginado, Darcy le propuso matrimonio. Pero al haberlo hecho de una manera tan insultante, ella lo rechazó sin miramientos.
Una serie de acontecimientos harán que Elizabeth descubra muchas cosas acerca de Bingley, Wickam y Darcy. Sobre este último cambiaría drásticamente su opinión gracias a un evento desafortunado que vivió la familia Bennet a causa de Lydia.
Orgullo y prejuicio es más que una novela romántica, es una crítica a la sociedad de la época en la que vivió Jane Austen. Una sociedad que miraba mucho las apariencias y en la que la mayoría de los matrimonios eran un contrato de intereses. La novela es considerada como una de las primeras comedias románticas de la historia y con justa razón, ya que el humor de la autora es excelente. En lo personal, la escena que más me hizo reír es la manera en la que Darcy le pide matrimonio a Elizabeth, no tiene desperdicio, os lo aseguro.
La obra está escrita en una narrativa ágil y entretenida con diálogos bien logrados y oportunos que engancha desde el primer capítulo. Los personajes son variados y divertidos, pero sobre todo muy humanos con sus claroscuros y todos muestran una evolución en mayor o menor medida. Ninguno de ellos sobra o está de relleno, por el contrario, cumplen a la perfección con su función. Uno de los que más me ha gustado es el Señor Bennet, me encanta ese sarcasmo e ironía que utiliza con su esposa, a la que ya no ama y ni siquiera respeta.
Una obra que trae implícitos varios mensajes, la principal enseñanza es que uno debe luchar en busca de su felicidad sin hacer caso a convenciones sociales y mucho menos a intereses económicos, ya que donde no existe amor, se instala la amargura.
Otro bello mensaje que nos deja la obra es la manera en la que casi siempre el orgullo nos puede hacer perder muchas cosas y como los prejuicios nos impiden ver lo que existe bajo la superficie. Este es un clásico que todo el mundo debe leer y no puede faltar en ninguna biblioteca, una obra que no pierde vigencia y que os arrancará muchas sonrisas y os dejará un muy buen sabor de boca.
“Sin proponérselo, se puede hacer daño a los demás o se les puede hacer infelices, pueden cometerse errores y provocarse sufrimientos. Para ello basta con obrar con irreflexión, sin atender a los sentimientos de los demás y sin decisión”.
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