Autor: Julio Verne
Páginas: Tomo 1: 232. Tomo 2: 236. Tomo 3:
210
Tapa: Dura
Editor: Coleccionables SA
Colección: Hetzel
La novela
se sitúa en la época de la Guerra de Secesión en Estados
Unidos. En la localidad de Richmond está cautivo el ingeniero Cyro
Smith en compañía de su criado Nab y su perro Top. También se
encuentran retenidos un marino de apellido Pencroff junto a su protegido, el
joven Harbert, hijo del capitán del navío en el que trabajaba el
hombre de mar. Estos cuatro caballeros, en compañía Gedeon Spilett,
periodista del diario New York Herald deciden hurtar un
globo aerostático para huir del país hasta que termine el conflicto bélico.
Una
noche, a hurtadillas, los cinco hombres y el perro abordan el globo aerostático
en busca de un destino mejor que el que les esperaba en su patria. Tras un
tiempo de vuelo, el globo es embestido por una tormenta y sufre severos daños
que obligan a sus tripulantes a deshacerse de todo su equipaje.
El mal clima desvía el globo de su ruta y lleva a los caballeros hasta una isla desierta en la que no parece haber nada ni nadie. Estando solos allí y sin posibilidades de ser rescatados, nuestros héroes deben ocuparse de sobrevivir en el que sería su nuevo hogar. Gracias a los múltiples conocimientos del ingeniero, los náufragos consiguen poco a poco ir mejorando sus condiciones de vida en la isla que bautizaron con el nombre de “Isla de Lincoln”. También se ocuparon de dar nombre a los ríos, montes, bahías y todas las áreas del terreno.
Bajo la
dirección de Cyro, consiguieron crear un refugio, utensilios de cocina
elaborados con barro, herramientas de metal y recipientes de cristal. Pudieron
dedicarse a la agricultura y a la ganadería trabajando con las especies
locales. Incluso, construyeron una pequeña embarcación a la que nombraron El
Buenaventura.
Cuando el
Buenaventura salió a hacer su primer viaje, los colonos encontraron un mensaje
en una botella, que los llevó a saber de la existencia de un náufrago que vivía
en la isla Tabor, cercana a la que ellos habitaban. Dispuestos a ayudar
a un semejante, nuestros héroes emprenden el viaje; al llegar a su destino,
encuentran a Ayrton, que tras un tiempo de recuperación, pasa a formar parte
del grupo de colonos.
Todo en la isla de Lincoln marchaba bien y gracias a los conocimientos del ingeniero y la buena disposición de todos, los progresos eran cada vez mayores. Sin embargo, un misterio se ceñía sobre ellos: extrañamente aparecían algunos objetos de utilidad en lugares determinados; en el borde del pozo del refugio, Top ladraba con furia y Jup, el orangután que los colonos habían amaestrado, se revolvía inquieto. Todo parecía indicar que ellos no eran los únicos habitantes de la isla. Serán una serie de eventos inesperados los que desencadenen la lucha de los colonos por descubrir el enigma que esconde este lugar e incluso por salvar sus vidas.
Antes que
nada debo deciros que soy fan de los libros de Julio Verne. Esta novela la
había leído hace muchos años, cuando era estudiante de instituto y ahora he
vuelto a leerla y disfrutarla tanto o más que en aquella ocasión. Me gusta
muchísimo el estilo de este autor, que es ameno y ligero, además de que
consigue enganchar al lector desde las primeras páginas.
Esta
quizás sea una de las obras menos conocidas de Verne, son más famosas otras
como Viaje al Centro de la Tierra, sin embargo, en mi opinión es una de las
mejores. La Isla Misteriosa es el cierre de una trilogía cuyas anteriores
entregas son Los hijos del Capitán Grant y 20,000 Leguas de viaje submarino.
La ventaja es que cada una de ellas puede leerse de manera
independiente sin que esto afecte la lectura, ya que pese a ser una trilogía
son historias diferentes cuyo elemento vinculante son algunos personajes.
Todos los personajes están muy bien perfilados, con características propias muy bien definidas. Cada uno es entrañable a su manera y todos muestran una evolución muy favorable a lo largo de la historia. Mi favorito es sin duda Pencroff, me encanta ese personaje, valiente y aventurero, pero también un poco atolondrado y supersticioso. Es plasmado como esas clásicas personas que están siempre ahí para los suyos y que nunca falla, de esas que tienen un corazón enorme y no temen demostrarlo.
Pese a
que la novela describe muchos tecnicismos en cuanto a la fabricación del barro
o el cristal, en ningún momento se vuelve aburrida, para nada, conforme se
avanza en la lectura, la historia va enganchando más y más, hasta llegar a un
final inesperado y conmovedor.
Me gusta
mucho que en la obra se resaltan valores como son la amistad, la solidaridad,
la compasión, la generosidad y la seguridad en sí mismo. También nos deja la
valiosa enseñanza de que, aunque las circunstancias sean muy difíciles, se
puede salir adelante, se requiere trabajo y esfuerzo, pero siempre es posible.
Además, creo que un mensajito entre líneas que nos deja, es la importancia de
tener conocimientos de todo tipo, ya que nunca se sabe cuándo podrán serte
necesarios, así, la obra hace honor al viejo dicho que reza: “El saber no ocupa
lugar”.
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