Autora: Laura Gallego
Páginas: 304
Tapa: Dura
Editor: Alfaguara
“Cuentan que más allá de los
Montes de Hielo, más allá de la Ciudad de Cristal, habita la Emperatriz en un
deslumbrante palacio”.
A Bipa
nunca le gustaron los cuentos de hadas que contaba Nuba, la madre de Aer,
el “hijo
del extranjero”. Ella era una chica sencilla y pragmática que solamente
deseaba llevar una vida sencilla y tranquila junto a su padre, Topo,
y sus vecinos. Ellos habitaban en las cuevas subterráneas, ya que afuera solo
había frío y hielo y la vida parece no existir. Sin embargo, Aer era totalmente
opuesto, él deseaba marcharse al reino de la Emperatriz, ya que sentía
que es a ese lugar al que pertenecía y no a las cuevas.
Un buen
día Aer desaparece y los vecinos realizan partidas de búsqueda que resultaron
infructuosas. Cuando en las cuevas estaban convencidos de que el joven había
muerto, reaparece, solamente para entregarle a Bipa un singular presente que le
demuestra que los cuentos que relataba su madre eran reales.
“Dicen que la Emperatriz es tan bella que nadie
puede mirarla a la cara sin perder la razón; dicen también que es inmortal y
que lleva viviendo en su palacio, en el Reino Etéreo, un lugar de maravilla y
misterio que aguarda a todos los que son lo bastante osados como para
aventurarse hasta él”.
Pero Aer no puede resistirse a la idea de encontrar el reino de la Emperatriz, así que vuelve a marchar. Esta vez, Bipa decide ir a buscarlo y solo sabe que debe seguir la Estrella Azul para llegar al Reino de los Etéreos. Maga, la chamana, le entrega a la joven su ópalo, el cual le será de gran utilidad durante la travesía.
En una
parte de su viaje, Bipa se topará con Nevado, un gólem de hielo que se
convertirá en su gran amigo y protector. Durante la larga travesía hacia los
dominios de la Emperatriz, la joven conocerá todo tipo de personajes que le
dejarán alguna enseñanza y vivirá toda clase de aventuras.
La
edición es preciosa, en pasta dura y con una ilustración muy bella y una
sobrecubierta que le otorga ese toque invernal. Dividido en 14 capítulos y un
epílogo, es una historia fácil de leer que engancha desde la primera página. El
lenguaje que utiliza Laura Gallego es claro, sencillo y directo
lo cual facilita que la lectura sea más amena.
Os
confieso que no soy alguien a quien le gusten las descripciones demasiado
extensas o elaboradas, por esta razón, en parte, me gusta esta autora, ya que
sin extenderse demasiado en las descripciones, es fácil poder imaginar perfectamente
los escenarios.
Con
respecto a los personajes, debo deciros que están muy bien delimitados y
trazados. Al principio, debo reconocer que el personaje de Bipa me resultaba un
poco desagradable y pedante, pero conforme se fueron desenvolviendo los
acontecimientos, puede comprenderla y empatizar con ella.
Sin lugar
a dudas, mi cariñito especial se lo llevó Nevado, un personaje que sin
necesidad de hablar, es capaz de decir mucho y demostrar sus sentimientos. En
este sentido, quizás es porque me recuerda un poco a los animales, si, nuestros
fieles amiguitos peludos que sin hablar nos transmiten y enseñan tantas cosas.
Me gusta mucho la complejidad del personaje de Bipa y la manera en la que va evolucionando a lo largo de la historia. Ya que, además de realizar un viaje en búsqueda de Aer, es también un viaje en busca de sí misma, en el que llegará a conocerse mejor y valorar todo aquello que vale la pena en realidad.
El libro
transmite varios mensajes importantes, uno de ellos es la enseñanza de que uno
no debe rendirse nunca para lograr sus objetivos, pese a que los obstáculos
sean muy difíciles de superar. El segundo mensaje, en mi opinión, el más
importante, es que se trata de un canto a la vida, una oda a todo aquello que
importa y al sentido de vivir y de valorar las cosas. Por último me despido con
la frase que hace honor a este mensaje y ha sido la que más me ha gustado del
libro y la que más me ha hecho reflexionar:
“Vivir la vida, eso no tiene precio. Quien no haya pasado nunca frío no apreciará el valor de una hoguera. Quien nunca haya llorado no disfrutará de los momentos de risas. Quien no haya pasado hambre no valorará un plato de estofado caliente. Quien no conozca la muerte no sentirá amor por la vida”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario