Autor: Ana Andreu Baquero
Páginas: 414
Tapa: Blanda
Editor: Libros de Seda
“No podemos vivir angustiados por lo que nos pueda deparar el futuro cuando es posible que lo que te aguarde a la vuelta de la esquina no sea otra cosa que la felicidad”.
Corría el año de 1945, la terrible Segunda Guerra Mundial había finalizado con la victoria de los Aliados. Poco después de la liberación del infame Campo de Concentración de Buchenwald, siete hombres pertenecientes a la Regia Marina Italiana se encaminan al cementerio de la ciudad de Weimar. Allí, en una sórdida explanada, encuentran un grupo de tumbas señaladas únicamente con estacas numeradas. Ellos buscaban una en especial: la que tenía en la estaca el número 262 y como único epitafio “Unberkannte Frau” (mujer desconocida). Al sacarla de la tierra, en la parte que había permanecido sepultada, tallado de manera rudimentaria, encuentran un nombre, el que les indica que habían hallado el sepulcro que buscaban. En donde estuvo la estaca colocaron una cruz de madera de haya y sobre el túmulo, una lápida que identifica a la mujer que yace allí: Mafalda de Saboya.
En los años previos a la Segunda Guerra Mundial, Europa luchaba por reconstruirse a sí misma y superar la tragedia que había dejado el conflicto anterior. Italia no era la excepción, el país se encontraba dividido por fuertes tensiones políticas; mientras unos apoyaban a la casa real, los seguidores de Mussolini aumentaban, el fascismo estaba en su apogeo y entre la Monarquía y el Ducce las tensiones eran una constante.
En este contexto vivió Mafalda de Saboya, la segunda hija de los reyes Víctor Manuel III y Elena de Montenegro. A ella, la vida le había sonreído, pudo casarse con Phillip de Hesse Kassel, el hombre al que amaba y tener cuatro hermosos hijos. Sin embargo, la felicidad no fue duradera, su marido fue reclutado por el Partido Nacional Socialista Alemán encabezado por Hitler, mientras que las tensiones en Europa aumentaban y entre los países se firmaban acuerdos y alianzas que sellarían el destino de la humanidad.
En cuanto estalló la Segunda Guerra Mundial, las cosas se complicaron y es ahí cuando Mafalda, sin desearlo ni saberlo se vio envuelta en una serie de movimientos geopolíticos y conspiraciones. Fueron un cúmulo de acontecimientos los que llevaron a la princesa de la casa de Saboya a pasar sus últimos meses de vida en el terrible Campo de Concentración de Buchenwald.
Quizá para muchos la historia de Mafalda de Saboya no sea muy conocida; debo admitir que para mí fue todo un descubrimiento, se trata de un personaje del que nunca, hasta ahora, supe absolutamente nada.
En La Princesa de Buchenwald, Ana Andreu Baquero nos lleva de la mano a conocer la historia de Mafalda de Saboya, una mujer fascinante, que amó sin reservas y fue capaz de muchas cosas por su familia. Con gran maestría y sensibilidad, la autora nos introduce en su entorno familiar y nos muestra detalladamente el contexto geopolítico de la época.
El estilo de la autora es simplemente maravilloso ya que nos entrega una lectura amena y ágil que hace que desde las primeras páginas quedemos totalmente enganchados en la historia. Valiéndose de unas descripciones magníficas, Ana nos hace sentir que podemos visitar con la mente los escenarios en los que se desenvuelve la historia. Su manera de relatarnos los acontecimientos nos hace pensar que somos testigos silenciosos que con el corazón en un puño contemplamos como se van desenvolviendo cada uno de los episodios que nos relata.
La historia nos lleva los sentimientos a flor de piel, junto a Mafalda vamos a sonreir, a enfadarnos e incluso a llorar con su infortunio. Conforme vamos leyendo, nos vamos a encontrar con personajes muy bien trazados, perfilados con todo mimo y minuciosidad, a tal grado, que nos hace experimentar simpatía o aversión hacia ellos.
Uno de los aspectos que me ha parecido magnífico es la labor de documentación que llevó a cabo Ana, la cual se nota a lo largo de la historia. También me han gustado mucho las reflexiones que nos deja, en cuanto a las consecuencias que trae el horror de la guerra, que es imprescindible que el mundo no olvide las atrocidades que se cometieron y sobretodo que la tragedia no distingue entre hombres y mujeres, entre ricos y pobres, puesto que Mafalda siendo noble, terminó en un infame campo de concentración.
Me gustó muchísimo la parte en la que la princesa llega a Buchenwald, por la gente a la que conoció allí y lo que en ese horrible lugar contempló. Esto nos lleva a pensar mucho en la naturaleza humana, en como en situaciones tan adversas surge lo mejor del ser humano, en que se pueden encontrar personas capaces de ayudar a otros.
La princesa de Buchenwald es un libro que me ha dejado fascinada y que recomiendo a todo el mundo, especialmente a todos aquellos que gusten de la novela histórica bien documentada y a quienes busquen lecturas ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. Os vais a encontrar una novela simplemente magnífica, una belleza de libro que nos conmueve y nos lleva a la reflexión, es la historia de una mujer que amó con intensidad y murió víctima de la maldad humana.
Por último, quiero agradecer a la editorial Libros de Seda el haberme enviado el ejemplar, gracias de corazón por haber puesto en mis manos esta bellísima historia que se ha convertido en una de las mejores que he leído ambientadas en este desgraciado periodo de la historia que la humanidad no debe olvidar jamás. Si te gustó la reseña y también quieres conocer la historia de Mafalda, solamente haz click en este enlace.